Génesis Linguae
"Haz
la prueba y verás", dijo el mago, "sólo necesitas un recipiente, las dos palabras
y algo para mezclarlas".
Al
llegar a su cabaña el samaritano agarró la urna y una cuchara de madera, y del
inmenso espacio llamado vocabulario escogió los dos vocablos que le había inidicado el mago: culpa y
bondad.
Enorme
fue su sorpresa cuando, ante sus ojos, comenzó a dibujarse la palabra compasión.
Fernando Adrian Mitolo ©
Que lindo, me encantan los relatos con esa brevedad, pero tan contundentes.
ResponderEliminarMe alegro que te haya gustado...muchas gracias.
Eliminar