El reparto
—Venga, vamos, que comienza el recuento. Y tú, apunta y que no se te pase nada, para que luego no haya reclamos. Empezamos: para tí, trescientos. Estos doscientos veinte, para ustedes. A los del fondo, esta vez no les toca nada, se salvaron.
—¿A nosotros cuántos nos van a encasquetar? No se olviden que estamos
lejos, y eso cuenta.
—Los tratados son los tratados, y por más que estén donde están, aquí hay que estar
para las buenas y para las malas. Así que "chitón". Por ahora sólo se llevan cincuenta. Mañana, Dios dirá.
—Oh, si estos protestan, ¿nosotros entonces qué tenemos que hacer?
—Haberse abstenido cuando hubo que votar. Además, el mes pasado no se llevaron nada, así que... hoy toca.
—.............................................................
Ustedes se preguntarán: ¿qué se reparten?, ¿caramelos?
No. Inmigrantes.
Fernando Adrian Mitolo ©
Por todos ellos.
¿Así de frívolo es esto?
ResponderEliminar¡Qué mal me acabo de sentir!
Tal cual, Sue, así parece que viene la cosa. No sé, es raro, porque por un lado me parece justo todo el tema de la responsabilidad (me gusta más esta palabra que "reparto", obvio) que cada estado debe asumir por el tema de la inmigración, pero por el otro, cuando los escucho debatir sobre esto, me da precisamente la sensación de que hablan de reparto de caramelos. En fin... gracias por pasarte. Un beso, compi.
EliminarQue pena que se repantar personas igual que caramelos. Me gusto esta critica
ResponderEliminarMuchas gracias, Gloria! y gracias también por pasarte por mi blog y dejar tu comentario. Te mando un saludo y nos leemos. A ver si el finde me paso por el tuyo y leo esos relatos que, ya desde el título, han llamado mi atención.
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