Sorrow: el retrato de la desolación

"Este invierno he encontrado una mujer encinta, abandonada por el hombre de quien llevaba el niño en su cuerpo...Yo he tomado a esa mujer como modelo y he trabajado con ella todo el invierno. No he podido pagarle el salario completo de  una modelo, pero esto no impide que le haya pagado sus horas de pose, y gracias a Dios haya podido salvarla, a ella y a su niño, del hambre y del frio, compartiendo con ella mi propio pan. Cuando encontré a esta mujer quedé impresionado por su aspecto de enferma. Me parece que cualquier hombre que valga por lo menos el cuero de sus zapatos, al encontrarse ante un caso semejante, hubiera hecho lo mismo. Lo que existe entre Sien y yo es real, no es un sueño, es la realidad… Cuando vengas a verme no me encontrarás ya desanimado o melancólico; sino que estarás en un ambiente donde creo que podrás acomodarte y que de ningún modo te disgustara. Un taller joven con una cuna, y una silla de niño".

 
Vincent,  La Haya, abril de 1882.



Con estas palabras, Vincent expresa su amor por Clasina Maria Hoornik , a quien él llamara Sien, y que luego retratará a través de un dibujo. Vincent, compelido por la repetición, redobla la apuesta y se refugia en ella luego de haber sido rechazado un año antes por su prima Kee Vos-Stricker, de quien se había enamorado al poco tiempo de que ella enviudara, quedando a cargo de un pequeño niño. La ruptura no había sido fácil, y así se lo cuenta a su hermano:



<<Y fue entonces cuando comencé, con pesadez y torpeza al principio, pero con la decisión suficiente para llegar a las palabras: “K., yo te amo como a mí mismo”, y fue entonces cuando ella me dijo: “Jamás, no, jamás”>>.



Este rechazo de su prima se convertirá en un certero golpe al corazón. Su declaración no se trata sino de un impulso por ayudar a quien lo necesita, bajo el signo de un ideal de romanticismo que, rápidamente, se desmoronará ante la realidad. “Yo quiero depender de ella y de ninguna otra, y hasta si pudiera no querría ser independiente de ella”, dirá. Pero luego apareció otra, Sien.


Esta nueva “partener”no será bien vista por la familia de Vincent. A esas alturas, su primo político Anton Mauve, un artista reconocido en Holanda, era quien le proporcionaba elementos y le servía de guía para sus trabajos, no siempre con gran diplomacia, cosa que a Vincent le molestaba mucho. Pero bastó la opinión de su primo sobre su protegida para que Vincent terminara la relación con él, destruyendo todos los yesos que este le había dado para sus prácticas de dibujo. “Solo volveré a pintarlos cuando ya no queden manos ni pies de seres vivos que pintar”, dirá en una ocasión. Y es que Vincent quería modelos reales, y en Sien lo había encontrado. Prueba de ello es el dibujo con el que la representa, Sorrow:



Como se ve, es la figura de la desolación (quizás la suya propia): un vientre que engendra un hijo y, sobre él, unos pechos que no tendrán mucho para dar.

Sien y Vincent conviven unos meses en cierta armonía, hasta que el desorden administrativo hace estallar la furia se Sien, quien comienza nuevamente a beber y prostituirse. Ante esto,  Theo deja de enviar su cuota de dinero. La situación se hace cada vez más difícil, puesto  que en la casa había cuatro bocas que alimentar: Sien, su hija mayor, el bebé y Vincent. Pero este vuelve a redoblar la apuesta y exige a Theo que le envíe más dinero del que regularmente le llegaba, acusando su falta de sensibilidad. Y no solo eso, sino que intenta dar un paso más y anuncia que le propondrá casamiento.  Este será el límite de tolerancia de Theo y de sus padres. Su hermano se presenta en su casa y conmina a Vincent a que no se empeñe en que su familia acepte a Sien. Le promete un año más de manutención a cambio de renunciar a su postura y poner a Sien y a sus hijos en la calle. Aumenta su cuota, solo para que Vincent comience a pintar al oleo y cambie sus dibujos en blanco y negro por el color.

Y esta será la bisagra que transformará el arte de Vincent: descubrirá los colores, el paisaje, los cielos estrellados. Pero, a cambio, deberá renunciar a esa idea idílica que una vez más había edificado en su cabeza: “Un taller joven con una cuna, y una silla de niño”,  y que, al igual que otros tantos ideales, acababa de desmoronarse.  



Nota: En la parte inferior del dibujo “Sorrow”, Vincent escribe una frase del libro “La Femme” de Jules Micheltet:



"Comment se fait-il qu'il y ait sur la terre une femme seule?"

"¿Cómo puede existir sobre la Tierra una mujer sola?"




Fernando Adrian Mitolo y Ricardo Nicolás Mitolo ©

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