Crónica de un invento

Una solución para el meteorismo

En el año 1967 y gracias a las súplicas de los habitantes de Belmonte, un pequeño pueblito asturiano, su Ayuntamiento decidió promover un concurso público a los fines de que los más astutos inventores de la comarca pusieran manos a la obra y concibieran el que, finalmente, sería uno de los mayores prodigios de la economía marital: el Acumulador de Metano. Cabe decir que hoy en día, el avance de la ciencia ha convertido a este simple artilugio en una importante herramienta que, según los más prestigiosos psicólogos de nuestro país, ha salvado del divorcio a más de un matrimonio acosado por el problema del meteorismo.Y no es de extrañar que la idea haya surgido de aquellas latitudes, habida cuenta de que uno de sus alimentos habituales, la habichuela, parte integrante de la famosa fabada asturiana, es uno de los responsables más directos del altísimo índice de flatulencias que sufren los pobladores del lugar.
Todo comenzó cuando un grupo de hombres y mujeres, hastiados ya de tanta pelotera conyugal, decidieron hacer frente al cotidiano infortunio presentándose a las puertas de las oficinas municipales y exigiendo hablar con el Alcalde para conminarlo a encontrar una solución a aquella doméstica contrariedad. El político, azorado ante tan curiosa propuesta, no dudó en prestarle sus oídos y fue así como se le ocurrió lanzar la noticia del concurso. La acogida fue realmente abrumadora y una gran cantidad de inventores locales y foráneos se abocaron a la solidaria misión de brindar respiro a esas familias. El Comité Seleccionador estuvo formado, obviamente, por el Alcalde, su secretario, una mujer de ochenta y dos años experta en la cocción de fabadas, la esposa de un individuo muerto a causa de una intoxicación por gas, y dos hombres, uno de cuarenta y dos años y otro de sesenta, ávidos consumidores del mentado potaje. Cabe aclarar que, en la época del concurso, estos dos últimos se encontraban en pleno trámite de separación, trance que, finalmente, logró evitarse gracias a la eficacia del invento.
El Comité no dudó a la hora de elegir al ganador. Lo hizo por mayoría casi absoluta y, finalmente, el encargo de la producción del artilugio se lo encomendaron a un parroquiano de Pendones, un joven de treinta y un años, experto en química y fervoroso defensor de los valores populares, quien, al cabo de un mes y tres días, tuvo listo el tan esperado invento. Hoy en día, ya patentado y con un éxito a nivel casi mundial, el Acumulador de Metano a pasado a ser considerado como un nuevo electrodoméstico. Para no continuar con el misterio y promocionar sus beldades, incluimos a continuación un panfleto informativo en el que una de las más renombradas empresas fabricantes nos cuenta los usos y virtudes del acumulador:
“Señora, señor: se acabaron las malas caras y los resoplidos, ya no es necesario irse a dormir a la otra habitación o abrir desenfrenadamente las ventanas en pleno invierno por culpa de los gases. Ya no tiene excusas, decídase y compre un Acumulador de Metano, el invento que revolucionó la economía doméstica.
El mismo consiste en un simple frasco de plástico, de aproximadamente dos litros de capacidad que, por medio de un complemento metálico, puede ser colgado en cualquier pared de la casa. Dispone de un poderoso sensor de gas metano, capaz de percibirlo en todo tipo de flatulencias, cualquiera sea su variedad: ruidosos e inodoros, los llamados petorros; bufas, aquellos insonoros pero de larga duración y permanencia; y por último las perfas, quizás los que generan mayor grado de conflictividad familiar debido al fuerte ruido que producen y a su olor desagradable y duradero.
El funcionamiento del artefacto es sumamente sencillo: una vez que la ventosidad inunda el ambiente, el sensor la detecta y, a través de un minúsculo ventilador que hace las veces de aspirador, lo succiona y lo transporta hasta una recámara interior y aislada del resto, en la cual el gas metano que contiene el flato es desodorizado. Posteriormente, una vez inerte, el vapor pasa a un compartimiento secundario, donde es definitivamente acumulado para su posterior reutilización.
De todos modos cabe aclarar que, para evitar contrariedades, recomendamos colocar 1 acumulador por cada 20 metros cuadrados. Se han conocido casos en los que, a fuerza de ahorrar en gastos, el mecanismo del acumulador produjo lo que se conoce como “efecto paradojal”, es decir, en lugar de aspirar, desodorizar y acumular el vaho, el aparato relanza los fluidos al ambiente con una pestilencia reduplicada.
Otro de los consejos que verán completamente detallado en el manual de instrucciones, advierte de no apagar el acumulador durante la noche, debido a que esas horas son, precisamente, las más productivas. De todas formas, la carcasa dispone de una pequeña manivela con la cual regular el funcionamiento del aparato según lo que se haya ingerido durante las ocho horas anteriores. Por regla general se recomienda que, en caso de ingestión de fabada o cualquier tipo de legumbres, se coloque la manivela en el punto 3.
En cuanto a la reutilización del metano acumulado, decir que nuestro extraordinario utensilio acaba de recibir el galardón ISO 13485, norma que regula la gestión de calidad y prevención de riesgos ambientales debido al consumo de alimentos. Para información de futuros usuarios que no conocen todavía las ventajas del acumulador, no dudamos en decirles que, además de sus efectos en la dinámica familiar, su uso continuado favorece a la protección del medio ambiente. Debido a una acertada remodelación del diseño original de 1967, los nuevos acumuladores llevan incorporado un sistema de purificación que convierte al contaminante gas metano en un sustituto inocuo que evita la producción de efecto invernadero, tan nocivo para nuestra atmósfera.
Pero, por sobre todas las cosas, si usted adquiere un acumulador, le aseguramos que lo notará en su economía cotidiana. Miles de españoles han olvidado ya los inconvenientes producidos por el uso de la vieja bombona de butano y disfrutan ya de las ventajas del acumulador. Cuando usted lo disponga, cuando usted lo necesite y con un simple movimiento, podrá retirarlo de la pared y, a través de una válvula universal, conectarlo a cualquiera de sus aparatos domésticos: cocinas, estufas, mecheros, faroles, etc., y disfrutar de sus virtudes combustibles.
Disponible en los mejores almacenes o a través de la Teletienda, podrá pagarlo en efectivo o, si lo prefiere, en cómodas cuotas.
No lo dude más, decídase por el progreso y encargue ya su acumulador”.



Comentarios

  1. ¿Tiene hasta un certificado ISO? Pues si que es completo el aparatito, jajajaja.
    Lo encargaré, lo encargaré...

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    1. Has visto!!!!! jajajajja. Gracias por comentar, compañera. A ver si nuestros escaparates literarios repuntan....un besito.

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  2. Upps, hice un comentario y ahora no sé dónde se metió ejejejej Te decía que me encanta el relato. Felicidades por es blog. Por fin me hiciste caso jejeje Lo enlazo al mío..Ah, se te fue una pequeña falta y perdona que sea pesada..
    el Acumulador de Metano a pasado a ser... (falta la h) Abrazos

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