Lunar

Ejercicio literario sobre la creación de monólogos interiores, basado en la extrapolación de la estructura de nuestro propio pensamiento a la del personaje. 



«Mierda. ¿Y si es algo malo?. Puto lunar. Lunar. La luna, la luna. Blue moon on monday. Durán Durán, la gorda Le Bon. John, la cara de cartón. Nick, el que mejor está. ¿Y qué mira la vieja esa ahora? Y dale con la preguntita. ¿Qué carajo me importa a mí?, si estoy por morir. Ay no, ni decirlo. El lunar negro ya no está. ¿Y si al final era malo? Algo malo, tiene algo malo, algo malo, le encontraron algo malo. Fue por una pavadita y le encontraron algo malo. Esa frase, la odio, no la puedo escuchar y siempre la dicen. Le encontraron un tumor. Tumor. Putos médicos Esas frases, esas palabras que dicen, hasta las palabras son feas, como si pesaran en la cabeza. No lo sé, señora. Otra vez la preguntita. Ahora esta, como en la guagua. ¿Hace mucho que pasó la 33? ¿Qué se yo si pasó? ¿Y si pasó qué? ¡Ya pasó! Pah, ahora esa que tose, ¿por qué no se toman un jarabe? Como en el teatro, empieza y se ponen a toser. Una vez le chisté a  una. ¡Estefanía! ¿Por qué me chilla el otro? ¿por qué tengo que aguantar las toses? Están hechas mierda. Son diabéticas seguro. Mirá que gordas, tienen las piernas llenas de edemas. Violetas, como las de la madre de Zurita. Que mala era la vieja.  El Ronco, le decían el Ronco. Con el Arnaldito en la escalera boca abajo en la escalera. Hijos de puta, pobre chino. A la madre del Ronco le explotaban las venas y le saltaba la sangre a la pared, qué impresión, por favor. ¿Cómo puede pasar eso? ¿Qué le estará diciendo a la de adentro? No sé. No sé. Hacete reiki, hacete reiki. ¿Te hiciste reiki? ChoKuRei, SeiHeKi, HonShaSeShoNen, hacete los símbolos. Si, pero no, para qué. ¿Por qué no usas lo que sabés? Siempre lo mismo, siempre lo mismo. La cartera, mirá como la tengo puesta, parezco una monja. No aguanto más, quiero entrar. No, qué voy a querer. Me va a llamar. Estefania Rodíguez. Si soy yo. Pase. No, todavia no, la otra sigue adentro. ¿Qué carajo está haciendo? ¡Tanto tarda! A ver a mi en cuánto me despacha. Un lunar. Si cambia de forma o color tiene que hacérselo ver. Revisión, otra palabrita de mierda.  No tiene nada. Ahhh, qué alivio. Señorita, tiene que hacer quimio. Los vomitos, el pelo, la pelada. La pelada me van a decir, como a aquella del Centro. En la cama, muriendo, toda pálida y la boca seca. Raúl al lado, llorando en el borde, como Isabel y Fernando en la serie. Qué angustia, y cómo lloraba ese hombre. Era negro y redondo, granulado, o marrón. Crece. Si crece hay que extirparlo. Extirparlo. Hasta las palabras son feas. ¿Quién las inventó? ¡Cómo suena! ¡Extirparlo! Lo hacen adrede, gozan diciéndolas. Ya me lo sacaron, raíces adentro, agarradas a los demás órganos. Enredaderas, ensaladeras, heladeras. ¿Lo habran quitado todo? Todo o nada. La ruleta rusa. Tiene algo malo, lo suyo es malo. No, la puta madre. Estoy cagada en las patas. No sé qué pensar. Me meto aquí y no salgo. La señora, meta mirar. No señora, no se la hora de la que entró. ¿A qué hora tenía usted? No lo sé, métase en lo suyo, qué me importa a mi. Que ganas de contestarle así. Pelotuda. Me tendrán que dar la baja en el trabajo. No quiero faltar, me van a descontar, la tetona me a descontar. ¿Qué hago en casa todo el día tirada en la cama? Tiene que ser fuerte, si no, se le baja la autoestima y el cáncer le va a avanzar. Fuera, fuera. ¿Por qué no me las puedo quitar de la cabeza? Si no es nada…, o si, tiene algo malo… La puta que la pario, ¡ya tengo que entrar!».


FIN 
Junio de 2017 ©

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